Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
¡Hoy es un día tan bonito y tan especial que vale la pena degustarlo muy poquito a poco!
Día de San José y además día del Padre.
José es fidelidad absoluta, maestro del mismo Dios, Fe inquebrantable, prudencia absoluta, Amor innegable... Ya por eso merece celebrarse este día como lo que realmente es: Una gran solemnidad.
El día del Padre aunque tiene una visión y versión más comercial siempre intento de desgajar el sentido mercantilista y ofrecer el de los sentimientos, el del reconocimiento a nuestros padres y eso ya vale la pena recordarlo.
Yo que no soy padre y que el mío murió cuando era aún muy niño siempre me ha gustado pues disfruto con el Amor inquebrantable, como el de San José, de los hijos para sus padres.
Solamente los padres, las madres, son capaces de dar la vida por sus hijos, solamente los padres, las madres son capaces de tener la puerta abierta siempre y recibir a todos sus hijos con brazos abiertos.
Eso me lo inculcaron mis padres y en mi vida me gusta tener los brazos abiertos que son las puertas abiertas de mi propio corazón. Estas puertas a las que no hace falta llamar ni tocar la campana, ni dar una voz pues está abierta, permanece siempre abierta.
Seamos capaces de tener nuestro corazón abierto a los demás, ofrecerles ese necesario abrazo, esas imprescindibles palabras de alivio, alegría, acompañamiento.
Feliz Día de San José, del Padre y del Señor.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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