domingo, 5 de junio de 2016

5 de junio: ¡Vive y deja vivir!



Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Cuando hace una semana recorría las calles de nuestros pueblos las distintas procesiones del Corpus ahora da la sensación de que ya el verano está más cerca porque entre una cosa y otra hemos vuelto, otro año más, a casi quedarnos sin fuerzas para seguir el ritmo que solemos llevar en nuestro día a día.
Los niños con los exámenes finales, los jóvenes con sus merecidas graduaciones, los mayores poniendo punto y aparte a lo que llevamos entre manos.
El sol, el verano, el cansancio y las ganas de disfrutar este periodo de nuestras vidas con cierta relajación hace que ya pongamos nuestra mirada en ese punto del horizonte donde todo pasa sin pasar.
Sí, el verano es relajación y más tranquilidad aunque esa relajación física y también mental no puede ser espiritual. A cuanta más tranquilidad más entusiasmo tenemos que tener con las cosas de Dios.
Vivir la Eucaristía como ese agua fresca de manantial de la mejor de las fuentes, orar y vivir más cerquita del Señor es como abrir el ventanuco para que entre la luz a la oscuridad que suele acompañarnos a diario donde tanto nos preocupamos de juzgar a los demás, de dirigir nuestro inquisitorial dedo, donde mi opinión debe prevalecer a la de los demás porque pienso que es verdad absoluta.
Sí, es el verano un tiempo propicio para vivir más en los demás y olvidarnos un poco de nuestro Yo que tantas injusticias nos hace llevar a cabo porque ni lo mío es tan perfecto ni lo de los demás tan despreciable.
¡Vive y deja vivir!
O como nos dice San Francisco en su oración: Que no me preocupe tanto en ser comprendido como en comprender.
Olvidémonos del Yo porque se vive mejor en el Tú.
Abre la puerta para que entre luz en la estancia de tu vida.
¡Feliz domingo, día del Señor!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

1 comentario:

  1. Hola Jesús, un saludo para ti y tu mujer. Sí, el verano es tiempo para, quizás hacer un paréntisis en el ritmo de nuestro acontecer de cada día, pero no en nuestr relación personal con Jesús, nuestro Señor.

    Oh Dios, fuente de todo bien, escucha sin cesar nuestras súplicas y concédenos, inspirados por ti, pensar lo que es recto y cumplirlo con tu ayuda. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
    Es la oración del rezo de vísperas de esta tarde. Y me ha tocado el corazón, porque realmente ahí está lo verdaderamente importante, hacer la Voluntad de Dios contando con Él y buscando siempre la verdad, que es lo recto.

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