Buen día nos de Dios.
Son los muros de las iglesias y ermitas derruidas claros vestigios de la Fe.
Se puede percibir una profunda tranquilidad en donde tanto tiempo ha sido un lugar donde se congrega y condensan tantas plegarias, oraciones, intenciones, alegrías, tristezas y mucha Esperanza.
Muros hoy desvencijados que han sido utilizados como soportales de la Fe más desnuda que pueda haber.
Muros, hoy derruidos, que un día albergaron al mismo Dios.
Todavía me pregunto como nosotros depositarios y herederos de tan valiosos cofres somos capaces de abandonarlos a la degradación y su desaparición con el transitar del tiempo
Un lugar que fue tan importante para un pueblo y quienes viven allí no se puede consentir su desaparición por desidia o por otros motivos que con un poco de interés y esfuerzo seguro que se hubieran salvados
Pobre del pueblo y las personas que no luchen por su historia y orígenes porque están abocados a su propio fin.
Cuando os encontréis con una iglesia o una ermita derruida pensad que sus muros agujereados por las inclemencias del paso del tiempo están impregnados de Fe.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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