Buen día nos de Dios.
Hoy me gustaría que nuestra reflexión fuera en clave de caridad: Caridad con nuestro prójimo, con nosotros mismos, con nuestros enemigos, los que sufren o pasan cualquier tipo de necesidad.
Ejercer la Caridad tiene que salir del corazón que es el que manda y en verdad siempre sabe que hacer.
Y aunque para que llegue a todos tiene que tener unas mínimas pautas, lo que es Caridad cristiana de realiza tal y como mandan los cánones del Amor de Dios entregado y correspondido.
Todos estamos obligados a ejercerla porque todos seguro que también somos demandantes de la misma pues Caridad no sólo es dar de comer al hambriento, posada al peregrino..., sino dar apoyo, comprensión, un abrazo que es sinónimo de Amor y eso, queridos hermanos, todos lo necesitamos en algún momento de nuestras vidas.
Hoy con mi reflexión quiero avivar conciencias en torno a la importancia que cada uno en nuestra medida sea caritativo con los demás, nuestro prójimo, nuestros hermanos, también con nosotros mismos que a veces somos demasiado duros y no nos perdonamos ni una.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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