Buen día nos de Dios. ¡Hágase en mi según Tu Voluntad! Así le respondió María al Ángel en el momento de la Anunciación. ¡Cuánto ejemplo debemos tomar de la Madre de Cielos y Tierra! Si nosotros quisiéramos, si olvidáramos para siempre nuestros orgullos, nuestra pizca de soberbia, nuestro Yo personal y pusiéramos nuestros corazones abiertos al Señor para que entrara todo su Amor y Misericordia por todos los poros de nuestra piel, si en verdad tuviéramos esa fe que demostró María también le diríamos todos los días de nuestra vida: ¡Sí, Señor que se haga en mi según Tu Voluntad! Debemos, por nuestro bien, dejar que Dios haga y deshaga con nosotros como quiera, que nos utilice como buenos instrumentos suyos, que seamos dignos hijos de Él porque así de esta manera le estaremos dando Gloria de la mejor manera que podemos y sabemos. ¡Es tan fácil estar en las Manos de Dios! ¡Es tan fácil dejar hacer por Él! Cuando estoy junto a Cristo en el Sagrario lo dejo todo para estar con Él y se me vienen a la mente muchas cosas, compromisos y demás situaciones que debiera atender pero una voz nace de mi corazón cuando lo miro y le dice: ¡Soy para Tí, Señor! ¡Soy todo Tuyo! Y si Él me llama debo dejarlo todo para ir en pos de Jesús. ¡Dejémonos Guiar y Llamar por Cristo Jesús que es el Fruto Bendito del Vientre de María Virgen e Inmaculada Concepción. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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