Buen día nos de Dios. Comenzamos una nueva semana igual y diferente a la vez. Igual porque haremos las mismas cosas, asistiremos donde todos los días e incluso hablaremos de las mismas cosas. Será diferente porque, entre otras cosas, no hay días iguales aunque se parezcan. Estamos a poco más de una semana de la Navidad y no siento ese fraternal espíritu. ¿Qué nos está pasando? ¿Se nos está volviendo el corazón de piedra ante la Venida del que es Todo Amor? Mucha es la crispación que ahora hay en el mundo: Madrid, Siria, Paquistan y un larguísimo etcétera que nos convierte nuestro anhelantes corazones en piedra de cal viva. ¡No nos dejemos arrastrar por el mal! ¡Qué no puedan con nosotros! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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