Buen día nos de Dios. Hoy nos ha amanecido un día íntimo, de esos que se disfruta desde la pequeñez que dan las cosas sencillas que llegan a Dios. Ser mansos, humildes y sencillos de corazón son virtudes que están a nuestro alcance y que no queremos o sabemos disfrutar de ellas. Mansedumbre y humildad te ofrece sencillez y con esto aprecias y disfrutas más de la vida porque las metas son asequibles y se pueden alcanzar. En este mundo todos nos hemos propuesto metas demasiado altas y al no llegar ni a rozarlas nos crea graves problemas de inseguridad y de felicidad. No somos felices porque a diario nos proponemos no serlo y así nos va. Enfoquemos nuestra vida hacia Dios, hacia lo que nos otorga felicidad completa y duradera y lo que nos hace ver las cosas desde lo pequeño y lo infinito. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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