Buen día nos de Dios. Ya si que estamos inmersos en los días previos de la Navidad, ya los niños y jóvenes están de vacaciones y algunos mayores también han cogido unos días libres para estar en estas familiares fiestas con sus respectivas familias. Hoy me pongo en el lugar de esas familias que están solas, que celebrarán la Venida del Hijo de Dios en la más absoluta de las soledades que es la falta de cariño y de amor, hoy me pongo en su piel y siento como me caen sus lágrimas de tristeza ante ese abandono. Jesús vino al mundo para todos aunque con preferencia hacia los más desfavorecidos y necesitados. ¡Y hay tanta necesidad! Si conocéis algún caso haced uso de vuestro corazón y acompañadlos, invitadlos a vuestras casas, que no se sientan solo ningún momento porque, a lo mejor, por su edad, estado físico o mental no pueden estar con nadie más que con su propia soledad. Dios nos quiere justos y haciendo el bien siempre y más, si cabe, en Navidad. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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