Buen día nos de Dios. Ya llegó el 24 de diciembre, un día especial en el calendario de todos y cada uno de nosotros porque esta noche al calor de la familia o al calor de Dios velaremos y celebraremos que el Niño Jesús nace, como cada año, como cada día, en nuestros sedientos corazones del amor y la dulzura que solo el Hijo de Dios que se hace inocente Niño por nosotros nos puede aportar. Hoy es un buen día para reflexionar la importancia que tiene el Nacimiento de un Niño que nos da la Vida y también de esos niños que por la circunstancias que sean no verán las luces del sol, ni olerán a tierra mojada, ni reirán con otros pequeños, ni recibirán un beso lleno de amor porque son víctimas del aborto. Hoy ante el día del Nacimiento de los nacimientos quiero recordar a todos los que no se le ha permitido nacer por el miedo, el egoísmo, las permisivas leyes, por la falta de valores, virtudes, de una buena educación, de cientos de casos que dejan siempre a dos víctimas: El ser humano que no nace y que muere en las entrañas del seno maternal y las mujeres a las que se le practica el aborto porque ya sus vidas nunca serán iguales. Mi reflexión y mi oración ante el Niño Jesús que está a punto de nacer por las víctimas del aborto asesino, de los gobiernos que lo permiten, de los médicos que lo realizan, por una sociedad enferma que comprende estas atroces situaciones. En el día que esperamos que venga la Vida al mundo ofrezco mis oraciones por todos los que trabajan por la Vida porque con su trabajo y ejemplo son el grano que cae en la tierra para que fructifique en tantos corazones llenos de incertidumbres, miedos y odio. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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