Buen día nos de Dios. Hoy ha amanecido pronto en casa. La razón es que una buena amiga, para mí como una auténtica hermana, viene a visitarnos. Repite, pues quiere adentrarse en este bendito pueblo y conocerlo de la mañana a la noche. ¡Qué importantes son los amigos y que poco los valoramos! Ellos también están en la salud, en la enfermedad, en las tristezas y en las riquezas, también están a las buenas y a las malas. Los buenos amigos son un tesoro con los que te bendice el Señor y que debes mimar porque tienen sus sentimientos, su corazoncito y su presencia es inestimable para nuestro día a día. Piensa que los buenos amigos siempre están, los demás son simples conocidos o coincidentes en este mundo llamado vida. Por eso hoy es un buen día, hoy viene nuestra querida amiga para estar con nosotros, para disfrutar de lo que nos gusta, para darle gracias a Dios por darnos nuestra amistad. No lo olvidéis: ¡Los amigos son un tesoro! Respetadlos y admiradlos por lo que son y por quienes son. ¿Quién si no eran los apóstoles de Jesús? Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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