Buen día nos de Dios. Son estos últimos días del año cuando más vienen a la memoria cosas que han pasado y que han afectado a tu vida para bien o para mal. Todo lo que nos sucede es porque debe ser así, porque Dios que nos quiere y ama con desmesura no nos deja nunca ir solos de la mano aunque Él, mejor que nadie sabe, que para crecer y dar frutos debemos ser podados y que mejor poda que el sufrimiento interior que en momentos oportunos podamos tener. ¿No es verdad que en momentos de gran tribulación después llega lo que es una auténtica calma que embelesa nuestros corazones? ¿Cuando nos toca sufrir y nuestro corazón se encoge más que nuestro ánimo no está allí la Mano Salvadora del Padre que tira de nosotros para que volvamos por la senda verdadera? Entonces, ¿De qué nos quejamos y a quién nos quejamos? Ni la vida puede ser un constante penar, porque con esa actitud no estamos dando Gloria al Padre, ni una constante felicidad porque entonces nos acostumbramos y nos hacemos insensibles a cuanto nos rodea. Piensa que ha sido, para ti, este año pasado. Lo que has hecho y te ha quedado por hacer porque, a lo mejor, estas asequibles metas son las necesarias para ponerlas como objetivos prioritarios para el nuevo año que dentro de un día y medio comienza aunque no olvides nunca eso de que "el hombre propone y Dios dispone". Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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