jueves, 11 de julio de 2019

11 de julio. ¿Cuánto te cuesta hacer Feliz a los demás?

No hay descripción de la foto disponible.


Buen día nos dé Dios.
¿Te puedo hacer una pregunta?
Sí, a ti te lo digo...
¿Cuánto te cuesta hacer Feliz a los demás?
Seguro que me dirás que a los que quieres y te quieren no te costará apenas nada, pero...
¿Y a los que te caen mal? ¿A esos que incluso te hacen daño? ¿Eres capaz de hacer algo que les haga feliz?
Estas tres últimas cuestiones son peliagudas, ¿verdad?
Porque Amar a quienes nos aman es muy fácil, se hace casi de corrido porque te sale del mismo corazón.
Pero Amar a nuestros enemigos, desearle el Bien e incluso hacer algo por ellos eso no es que nos cueste, es que no entra dentro de nuestra mentalidad.
Y atendiendo la lógica humana es normal que así sea no tanto por venganza sino por espíritu de protección ante el mal que te han causado o te pueden causar.
Sí, tenemos miedo a que nos agredan, nos persigan, nos insulten, nos arrastren por el lodo de la impiedad y lo tenemos porque pensamos como seres humanos mirando la tierra y no lo hacemos mirando a Dios, confiando en Dios, dejándonos proteger por Dios.
Para Amar, perdonar y hacer Bien a tu enemigo la primera y única exigencia es dejarse modelar por el Señor, vivir el modelo de vida de Jesús cuyo itinerario podemos leer y asimilar en los Evangelios.
Hacer el Bien sin mirar a quién en verdad no cuesta absolutamente nada y la reacción que provoca siempre crea Felicidad lo que nos pasa es que somos nosotros los que miramos a quién se lo hacemos pues a todos sin excepción nos es completamente imposible ya que no entra en nuestras entendederas.
El Amor y el Bien se hacen siguiendo los impulsos del corazón porque si intentas razonarlo todo según qué, quién o qué interés pierde autenticidad y no resulta veraz.
Pues intenta hacer el Bien sin mirar a quién, déjate guiar e impregnar el corazón por el Amor de Dios, y verás como todo sale de forma natural.
El Bien no cuesta, es gratis, y hace Felices a todos los demás así como a ti mismo. ¿A qué esperas para hacerlo?
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario