Buen día nos dé Dios.
Cuando eres joven no entiendes a los mayores y cuando eres mayor dices no entender a los jóvenes aunque vengan hacia ti muchos recuerdos de cuando tú lo fuiste. La vida es una ciclo encadenado que va girando como la rueda de una bicicleta.
A lo mejor los que no diferencian a los que ya somos mayores, estamos transitando el camino de la madurez, es que para nuestra época sería difícil de entender eso de los que ni estudian ni trabajan porque eran tiempos con muchos rigores donde estudiar había que hacerlo sí o sí para llegar a algo en la vida y a trabajar tenía que ponerte demasiado temprano por lo cual no vivías con toda su intensidad esa juventud que hoy viven nuestros jóvenes aunque muchos de ellos de tanta intensidad, de haberlo probado casi todo, están demasiado aburridos pues piensan que ya no tienen mucho más que conocer. ¡Qué ingenuos! No saben, este aprendizaje se adquiere con la edad, que cuanto más años cumplamos nosotros mismos vamos cambiando y siempre hay expectación e interés por seguir conociendo, aprendiendo, enriqueciéndote como persona.
"La juventud es una enfermedad que se cura con los años" decía Bernad Shaw que puede tener su razón pero que personalmente no estoy de acuerdo. Hay que vivir la juventud, tener esa ilusión innata, esas ganas de hacer cosas, esa forma de enfrentarte a la vida e incluso a tus propios miedos con cierto descaro para llegar a la madurez de forma madura. No hay nada más triste que ser mayor habiéndolo sido desde siempre.
Pienso que hay que apostar por la juventud, que son el futuro de todo, pero apostar no es consentirle todo pues también ellos tienen que saber como va la vida, cuanto cuesta el pedazo de pan que se llevan a la boca, cuantos sacrificios tienes que hacer para tener ese móvil de última generación que quieres sobre todas las cosas. También hay que apostar en el terreno espiritual, abriéndoles las puertas de la Iglesia, para que vivan la Fe de forma entusiasta en ella, para que no se sientan "bichos" raros, y esa labor pastoral y evangelizadora tiene que estar en manos de personas que sepan el tesoro que tienen en sus manos, el inmenso tesoro de la Fe y de la salvación de sus almas.
Ahora, cuando la madurez se ha instalado en mi vida, veo todo de forma distinta y los recuerdos se me vienen a la mente de forma constante. Me acuerdo de mi casa, de las callejuelas de mi infancia, de esos rincones de La Isla que pese a los años han cambiado en poco como es el Callejón Croquer que mantiene esa belleza del tipismo propio de San Fernando, ese sabor de sentirse acogido y ese olor de buenos guisos que se expanden más allá de las ventanas perfumando todo...
Ese Callejón de Croquer se mantiene como lo recuerdo en mi niñez y juventud aunque estuviera muy lejos del Carmen, de las callejuelas de mi vida, de la Iglesia donde se cobija la Virgen del Carmen que es Reina de todo el Barrio y Madre de toda La Isla.
Cuidemos nuestra juventud, que es el futuro, los que gozamos de esta madurez que es un inmenso regalo del mismo Dios.
¡Feliz miércoles!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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