Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
¡¡Allá donde perdemos la mirada está Dios!!
Sí, porque en ese punto que nadie ve sino nosotros mismos, en ese lugar que nadie percibe, que nadie comprende, en ese lugar donde la mirada se encuentra con el horizonte de tu vida, pensamientos, pesares, recuerdos, esperanzas, ilusiones, alegrías... ¡Está Dios!
Cuando decimos que Él se manifiesta donde y cuando quiere es verdad y lo hace más veces de lo que nos imaginamos. Aquí o allá, en el Sagrario donde reside o donde se pierde la mirada cuando somos capaces de abstraernos de todos y todo para poner nuestra vista en el único punto fijo que nadie ve menos el que lo mira.
Los ojos son el medio pero es el corazón el conducto, el que busca y encuentra, el que sabe que más allá del mismo horizonte está el Señor que nos mira con ojos de Misericordia, de Perdón, de Amor...
Por eso nos quedamos absortos admirando tanta belleza que se abre a nuestra mirada en el lugar que menos lo esperas.
Por eso hay que tener un corazón sensible y abierto a las emociones que nos ofrece Dios y que es Amor en estado puro.
Por eso te invito que hoy sábado busques a Dios allá donde se pierde la mirada...
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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