Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Cuando caía la tarde de ayer viernes mientras en nuestro pueblo se vivían los prolegómenos de la Feria del Queso que empezará en una hora pudimos presenciar como desde la Ermita del Calvario se divisaban las luces de coches de emergencias.
Se trataba de un peligroso rescate de dos montañistas accidentados, uno fallecido y otra con serias heridas, en la que estaban implicados los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, Bomberos, Sanitarios...
Era impactante el ver como en medio de la noche bajaban por la montaña con las luces encendidas con los cuerpos de los accidentados.
No hace falta que os diga que ayer se me cortó el cuerpo y mi ánimo se entristeció por la persona fallecida, por la que sufre graves heridas.
No hace falta que os diga la emoción que sentí de todos cuantos participaban, aun poniendo su vida en juego, en las operaciones del rescate.
Pienso que vivimos de hoy para mañana y miramos solo lo que tenemos delante sin darnos cuenta la valía de personas que entregan sus vidas para salvar las nuestras.
Pienso que somos muy generosos a la hora de criticar y demasiado huraños a la hora de poner en valor, de agradecer, de ofrecer un reconocimiento a tantos que ofrecen lo más valioso que son sus vidas por defender y salvar las nuestras.
Hoy mi reflexión es una oración callada por el alma del montañero fallecido, por la de la compañera que sufre serias heridas. Por sus Familias...
Hoy mi reflexión es una alabanza, un reconocimiento, una acción de gracias a Dios por tantos como nos protegen a diario.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Fotos del Grupo de Rescate de Montaña.
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