Buen día nos dé Dios.
Cada 21 de abril es muy especial para mí pues significa una fecha muy importante como es la del cumpleaños de la segunda oportunidad que Dios ha dado a mi vida.
Hoy hace tres años era Lunes de Pascua y estaba en el hospital con las pruebas pertinentes para la operación que me practicarían horas más tarde.
Día de tensión, nervios, algo de miedo y mucha Fe.
De cuánto rodeó a la intervención me quedo con tres imágenes: Los ojos llenos de Amor de Hetepheres cuando salí de de la habitación camino el quirófano, la alegre sonrisa y amena conversación de Gonzalo, mi cirujano digestivo, y la alegre sonrisa de mi mujer una vez pasado todo.
Tres imágenes y un sentimiento de paz, de sosiego, de tranquilidad pues me sabía en manos de Dios pues existía un colchón hecho a base de Fe y de las oraciones de cientos de personas cercanas y lejanas en todo el mundo.
Tres años dando gracias a Dios todos los días, emocionándome con cada amanecer, disfrutando a mi manera cada segundo, sirviendo al Señor y la Iglesia desde mis escasas fuerzas y de la forma que ellos quieren ser servidos.
Tres años donde valoro lo importante y lo verdaderamente imprescindible y cada vez menos lo accesorio que quedó y murió en gran parte en la camilla de ese quirófano de un hospital en Madrid.
Tres años donde intento ser yo sin aditivos y sucedáneos en cualquier momento y lugar. Podré gustar más o menos, podrán estar o no de acuerdo en mi forma de actuar o ser, pero el que tienes delante o al lado soy yo al 100%.
Tres años donde disfruto de cada lugar que estoy y sobre todo valorando mis orígenes isleños y la Casa, el Hogar, que Dios me ha regalado como es Villaluenga del Rosario a la que dedico gran parte de mis pensamientos y también vida
Tres años para Vivir pero no como antes sino de la forma agradecida de los que sienten que Dios te ha ofrecido una segunda oportunidad y tienes que aprovecharla para ser y hacer Feliz a todos.
Si, hoy se cumplen tres años y sigo dando las Gracias a Dios y a todos vosotros por tantas y tantas oraciones.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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