Buen día nos dé Dios.
Ayer fue el primer domingo que hace mucho tiempo no pasaba en mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario donde soy y me encuentro tan feliz.
Nos encaminamos a Misa de la amplia oferta que existen en ciudades grandes y elegimos la de la Iglesia de Madre de Dios cuyo Párroco es un joven sacerdote conocido nuestro al que en casa queremos mucho como es el Padre Antonio Luis Sánchez.
Un Templo lleno de todas las edades donde destacaban la juventud y la niñez.
Una Asamblea llena alegría para celebrar la Eucaristía como Jesús lo quiere.
Un joven cura entregado por entero a su ministerio, viviendo cada instante, contagiando alegría y ofreciendo una extraordinaria homilía tanto para los mayores como los más jóvenes donde nos hizo reír, pensar, reflexionar en el gozo que supone ser cristianos, ser de Cristo.
Cuando terminó la Misa salimos reconfortados, alegres, motivados, llenos de ilusión para ser nosotros también misioneros y llevar a Jesús a todos los confines del mundo que empieza en nuestro propio hogar.
Una Iglesia viva y alegre!!
Algunas veces asisto a Misas demasiado tristes, donde el reloj se mira en demasía, donde el mensaje siendo importante no cuaja ni llega, donde hay muchas canas, demasiados huecos vacíos y la juventud brilla por su ausencia.
A lo mejor hace falta que todos nos arremanguemos y nos pongamos manos a la obra empezando por el sacerdote y terminando por cada uno de nosotros pues Todos al y al cabo somos Iglesia.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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