Buen día nos dé Dios.
Cuando más abras tu corazón a Dios te será fácil percibir la grandeza de la Fe con todo su esplendor.
Una oración escapada, esa mirada perdida, ese hondo silencio, ese mensaje que habita tras muchas palabras, ese gesto...
La Fe es lo que hace que hagamos eso que creemos no poder. Fe en Dios es también en ti mismo porque somos depositarios de tan ilimitada confianza.
Y Fe es lo que veo y percibo cuando levanto la cara de mi y me fijo en los demás cuando rezan ante el Sagrario, ante esa imagen de Cristo o María que tanta devoción congrega o en medio de los senderos que nos llevan por Caminos como Santiago...
Cuando tenemos Fe en Dios invariablemente la tenemos en nuestros semejantes y aunque nos fallen como nosotros a ellos no importa porque al estar abiertos al radical Amor de Dios hace que las heridas pronto cicatricen y no permanezcan en nuestros corazones.
Qué triste debe ser el vivir sin Fe y sin Amor!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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