Buen día nos de Dios.
No consintamos y menos en nuestra vida de fe que seamos cromos a los cuales cambiemos según nuestros intereses.
Es triste que no sepamos echar raíces y es más triste arrancarlas cuando ya han profundizado.
Algunas veces parecemos coleccionistas del último cacharro que se anuncia en la televisión que personas centradas en una misión en concreto.
Nuestra vida de fe, nuestra coherencia personal, es demasiado seria para parecer ir dando tumbos por la vida.
Todos tenemos un camino, sabemos de sus dificultades, algunas veces estaremos cansados, agobiados, desilusionados...
Otras henchidos de fuerzas y alegría.
Siempre a cada paso es diferente, los que caminan junto a ti pueden terminar el trayecto o coger un desvío aunque eso no debe hacerte dudar de lo que tienes que hacer porque al final el único engañado eres tú.
Ser consecuente en la vida es tragarse algunas lágrimas y vivir demasiado solo algunas alegrías pues eso tiene la incomprensión de un mundo que mira con los ojos del mundo y que parece estar tan alejado de las cosas de Dios que son las que en verdad nos interesan.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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