Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
¿Alguna vez te has detenido a mirar esa esponjosa nube que adorna la mañana, ese atardecer que rasga de imposibles colores el mismo cielo, ese mar anaranjado cuando el cielo se va escondiendo, esa imponente montaña llena de matices según pasan las horas?
Es cosa de unos minutos aunque sus efectos en nuestro ánimo y recuerdos duran toda la vida.
Estamos inmersos en tantas cosas que pararnos no solo observar sino para pensar se ha convertido incluso en un lujo.
Un lujo que no nos cuesta nada. ¡Es que somos unos rácanos con nosotros mismos!
Parece que por "hacer más" lo que estamos haciendo es "perder mucho".
Es necesario parar, es imprescindible degustar con la mirada las cosas que Dios nos regala a cada instante, es primordial saber que la trascendencia de los sublime llega a nosotros contemplando todo lo bueno que a diario nos rodea.
Hoy párate aunque sean unos segundo y comprobarás cuanto hermoso envuelve cada segundo de tu vida.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Hoy quiero dedicar mi reflexión a mi querido y admirado Gabriel Álvarez Leiva en su día. Él, como tantos que se dedican a la noble profesión del periodismo, nos cuenta lo que pasa en el mundo desde la libertad y la independencia que algunos les gustaría quitar porque les molesta. Él, como tantos periodistas a los que admiro y respeto, son capaces de contarnos por medio de las palabras como amanece en el lugar de tu vida.
¡¡Muchas felicidades querido amigo!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario