jueves, 21 de abril de 2016

21 de abril. GRACIAS, DE CORAZÓN.



Buen día nos de Dios.

Perdonadme pero a mí se me para el reloj cada 21 de abril pues en esa precisa fecha del calendario es cuando Dios en su infinita Bondad quiso regalarme una segunda oportunidad para seguir haciendo su voluntad.

Hoy hace dos años me intervenían quirúrgicamente en Madrid.

Hasta entonces una historia de padecimientos, dolor y enfermedad.

Aunque de estos tiempos de incertidumbres saco en provecho la Fe que Cristo regaló haciendo de ella el gran bastión de mi vida.

Y aprendí, a fuerza de vivirlo, que en el dolor, el sufrimiento, la enfermedad y en la muerte está Jesús que se hace presente en nuestras vidas ofreciéndonos el mejor alivio que existe: Esperanza.

Esperanza en seguir adelante y la esperanza más sublime que es encontrarte cara a Cara con Él. No hay nada en el mundo que pueda pagar el contemplar un solo segundo el Rostro de Jesús.

Evangelizar es Testimonio de vida en la propia Vida por eso es tan importante hacerlo siempre. En las Alegrías, en las penas, en salud y desde la enfermedad tenemos que anunciar la mejor de las noticias: El Reino de Dios.

Dos años en los que sigo recuperándome poco a poco, sin prisas y con alguna pausa en los que no importa tanto el tiempo porque eso no es cosa mía sino de Dios.

Dos años para dar Gracias a cada instante.

Gracias a Dios por permitirme seguir.

Gracias a Hetepheres que es la gran sufridora y también mi principal apoyo.

Gracias a todos y cada uno de vosotros por estar siempre y nunca dejarnos solos.

Gracias a todos los lugares de mi corazón y en especial a mi bendito pueblo de Villaluenga del Rosario que se ha convertido en el hogar de esta nueva oportunidad que me ha ofrecido el Señor hasta que Él lo disponga.

GRACIAS, MIL VECES GRACIAS.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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