Buen día nos de Dios.
Después de cumplimentado un asunto solo me queda coger los bártulos y encaminarnos hacia nuestro hogar en Villaluenga del Rosario.
Tenemos que coger el camino para llegar a nuestro destino.
¿Y cuál es nuestro verdadero destino?
Pues sencillamente nuestra salvación.
Dios nos da la oportunidad todos los días para ganar el Cielo.
¿A qué así dicho de este modo nunca os lo habíais planteado?
Si, nos da una oportunidad nueva para resarcirnos de lo mal que hayamos hecho y ofrecer nuestra vida para encaminarnos hacia la salvación.
Siempre decimos: ¡Qué aburrimiento de vida! ¡Hoy, es lunes! ¡No queda nada para el fin de semana!....
Y así nos pasamos más de media vida. ¡Quejándonos!
¡Recapacitemos!
Hoy vivimos el milagro de un nuevo día y tenemos todas las oportunidades para ser feliz haciendo felices a los demás. Y la felicidad se alcanza con tan poco que en demasiadas ocasiones despreciamos la misma porque no es lo que nosotros nos hemos planteado: Que si un coche, un viaje, tener y tener más...
La felicidad, la verdadera, está en otras cosas que nos regala Dios a diario aunque hay que fijarse en ello. En lo sencillo se encuentra lo inmenso.
Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida nos dice Jesús y nosotros tenemos que hacer que nuestra vida vaya por ese Camino que nos lleva a la Verdad que es y representa Cristo.
En Él está compendiado todo y con Él valoraremos cada día como un inmenso regalo que nos lleva, si ponemos un poco de nuestra parte, a la salvación.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar esta reflexión a mi hermano Andrés Posada en su día. ¡¡Muchas felicidades y que Dios te bendiga siempre, en todo momento y ocasión!!
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