Buen día nos de Dios.
En nuestro devenir diario hay momentos buenos, regulares y menos buenos. Hay situaciones que tenemos que dar el ciento por uno y otros puede ser que nos podamos relajar.
Vivimos en una constante tensión ya sea por trabajo, estudios, obligaciones, responsabilidades familiares así como también sentimentales.
Continuamente tensamos las cuerdas de nuestra propia vida. Si estamos solos porque estamos solos, si estamos rodeado de personas porque lo estamos, si tengo muchas ocupaciones porque las tengo y si no es así me aburro.
Nos encargamos diariamente en potenciar una insatisfacción e infelicidad que no tenemos pero que en cierta medida buscamos y eso hace que estemos agobiados, cansados, hastiados ante todo y todos.
Y de esa situación sentimos la apatía que nos acompaña y que le echamos la culpa a la primavera.
Menos mal que cuando ya no podemos más y el cansancio nos ha vencido Jesús, el Buen Pastor, nos abre los brazos y mirándonos con ojos de misericordia nos dice: "Venid a Mi todos los que estéis cansados y agobiados que Yo os aliviaré".
Y cuando nos sentimos en los brazos de Jesús un hondo alivio lleno de esa paz que sólo tienen los que llevan al Señor en su corazón. Una Paz que te hace cambiar la vida haciendo que la vivas con otro ritmo, otra intensidad, otra forma de percibir todo: El ritmo del Amor.
Desde ese preciso instante cualquier situación que vivamos será concebida como una auténtica bendición.
Y es no hay mejor descanso ni mayor alivio que el que nos ofrece Jesús.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar mi reflexión a mi querida Pilar Maza Rodriguez en su día. Muchas felicidades!!!
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