domingo, 17 de abril de 2016

17 de abril. Pastorear.


Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
Cuando llega un domingo como el de hoy donde destaca la figura del Buen Pastor no os puedo negar que aquí en pueblos ganaderos esta figura se hace tangible pues veo, conozco y valoro el trabajo de tanta dedicación, no hay fiestas ni descansos, como la de los pastores que guían y cuidan a su rebaño.
Mi admiración por los que ejercen las labores de pastoreo es inmensa y cuando puedo converso con ellos pues son personas verdaderamente sabias pues en la infinitud de los campos, prados y montañas se ve la vida con una perspectiva extraordinaria. Su sabiduría es una sabiduría natural sin aditivos y lo bueno de ellos es que son claros como el agua que muchas veces les cae encima teniendo como solo resguardo las encinas.
Porque sé y valoro la labor de pastor bueno que por estos lares se ven a diario entiendo la labor de tantos buenos sacerdotes que día a día se entregan a diario a su ganado, a su rebaño, sin días, horas ni descansos porque las tiene que proteger, llevarlas al redil que no es otro que el Reino de los Cielos.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar mi reflexión a mis queridos Rafael Hera Martin y Antonio Armario en su día. ¡¡Muchas felicidades!!
También se la quiero dedicar a tantos buenos sacerdotes que se entregan a diario por su rebaño, por el redil de los que seguimos al Señor.
Así como a los pastores que día tras día me dan ejemplo de vida y que los veo transitar por los lugares más intransitables llevando a su ganado, a su rebaño, al redil.

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