10 de abril. Ayer la descubrí...

Buenos días Villaluenga.

Buen día nos de Dios.

Ayer paseando tranquila y pausadamente por las calles de mi pueblo me iba recreando en esos rincones que si pasas por la vida demasiado deprisa no es que se pasen por alto sino que simplemente ni sabes que existen.

Vamos demasiado rápido, vivimos a una velocidad que se torna en demasiadas ocasiones en espeluznante, miramos tanto al futuro que nos estamos olvidando de vivir el presente.

La enfermedad, los padecimientos, te obligan a tomar la vida de forma mesurada, más tranquila y con ciertas dosis de paciencia. Sólo así eres capaz de fijarte en los pequeños detalles, esos que están a la vista de todos pero que no todos son capaces de descubrir, admirar y valorar.

Y ayer la descubrí...

Me sorprendió como su frágil belleza iluminaba el gris roca que la envolvía. Me admiró como el color siempre reluce a lo más monótono al color que predomina.

Llegué a gozar valorando esas primorosas manos que han sacado algo tan bello, tan frágil, tan bonito a base de dedicación, trabajo, espera paciente.

Sólo de lo que se mima, se cuida, se entrega salen resultados que envuelven los sentidos haciendo que nuestros corazones latan al ritmo que en verdad deben latir.

Sí, admirando y gozando de esta pequeña y delicada rosa me acordé del "Tamaño del Corazón" escrito por mi querido y admirado Enrique Montiel porque pude percibir el tamaño del corazón de esa persona que ha sido capaz día tras día sacar algo tan bello, tan bonito, tan romántico, tan poético como una pequeña rosa que embelesa e ilumina, más si cabe, la inmensa belleza que es en si Villaluenga del Rosario en todo su conjunto.

Y porque hoy es Domingo, día del Señor, os muestro un pequeño detalle de belleza de la que Él nos regala cada día.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.