Buen día nos de Dios. Rezar con todas tus ganas y todas tus fuerzas. No hay nada mejor, y lo digo por propia experiencia, que empezar el día en oración. Gracias a Dios son muchas las personas las que piden que las encomienden al Padre y así lo hago todos los días. Las intenciones particulares y de los demás ocupan una hora que junto al rezo del Santo Rosario hace que mis amaneceres, lo primero que haga todos los días de mi vida, se lo dedique al Señor. Después desde el tren de todos los días lo ocupo con esta reflexión que es obra del Espíritu Santo para evangelizar y ayudar a los demás en estas horas donde el sueño es un protagonista esencial. Necesito rezar, necesito orar ante Jesús Eucaristía todos y cada uno de los días, necesito de la sosegada y tranquila meditación porque todos son regalos que nos ofrece el Padre para alimentar nuestras almas y nuestra vida de fe. ¡Y regalo tan sublime no se puede despreciar! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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