Buen día nos de Dios. ¡Se siempre el mismo! Que cuando se acerquen a ti lo hagan con la confianza de que siempre te van a encontrar tal cual eres, sin trampa ni cartón. Siempre igual, siempre cercano, amable, dispuesto. No hay nada peor que tener varias caras y no saber a que atenernos cuando hablamos con alguien así. La doblez crea desconfianza y también temor. La sinceridad, la transparencia de alma es un pasaporte para llegar a todos y para caminar recto por los valles tranquilos de la felicidad que nos otorga nuestro Padre Celestial. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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