Buen día nos de Dios. Todos los días que comienzan son motivos para la esperanza. Debemos levantarnos predispuestos para ser felices y hacer feliz a los demás. Tenemos que encarar nuestro día a día con fe que es la llave que nos introduce en la verdadera felicidad, que nos hace propagadores de esperanza y de amor ante los ojos de los demás. Fe, esperanza, amor, felicidad. ¡Qué bonita forma de empezar el día y la semana! Y tú, ¿Te apuntas? Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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