Buen día nos de Dios. La paciencia es una virtud. Esperar con paciencia que las situaciones se vayan resolviendo es bueno para nuestros ánimos. Tomarse la vida con paciencia nos quita muchos quebraderos de cabeza innecesarios. Debemos ser pacientes con la enfermedad, con el sufrimiento, con los defectos ajenos y también con los propios cuando no los podamos corregir. Pacientes en todo momento y situación aunque esta actitud no está reñida con ser diligentes y presurosos cuando tengamos que actuar. Cuando la paciencia se convierte en acomodaticia indolencia pasa de virtud a ser un grave e innecesario defecto que debemos pulir a los ojos del Señor y en nuestra intimidad espiritual donde no caben excusas y engaños. ¡Se paciente que no indolente! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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