Buen día nos de Dios. Decía ayer el Evangelio que el que se humilla será enaltecido. ¡Qué difícil se nos hace vivir desde la humildad y en cambio que nos gusta ser enaltecidos por los demás! Que nos tengan en cuenta, reservados los primeros bancos de los asientos de honor, recibir invitaciones de altos estamentos, tener colgada alrededor del cuello alguna "medalla" y si es de oro mejor que mejor. Pero vivir en el endiosamiento y la insana prepotencia no da la felicidad, más bien la quita. Aquel que vive desde la humildad, la sencillez de los últimos bancos, el que no espera ser servido sino servir, el que es perseguido, humillado, pisoteado, es el favorito a los ojos del Señor. Por mucho que intenten acabar contigo, si tienes a Dios a tu lado nadie podrá derrotarte. ¿Qué nos pueden importar los privilegios si con ello estoy perdiendo el norte de mi vida y me voy alejando del que es el Amor Absoluto y Pleno? Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario