Buen día nos de Dios.
Vivimos en una sociedad donde la felicidad se está convirtiendo en artículo de lujo.
Demasiadas aspiraciones, demasiadas pretensiones, llegar demasiado alto, conseguir metas elevadas que nos hagan sentirnos bien.
Y para qué?
Si nos ponemos metas muy lejanas, difíciles de conseguir y después no lo hacemos por las causas que sean se crea un estado de frustración que nos lleva directamente a la infelicidad.
Pienso que nuestros logros deben ser asumibles e ir poco a poco sin intentar abarcar más de lo que podemos.
Las escaleras se suben peldaño a peldaño porque si no seguro que no se llega a ningún lado.
Y en lo que tenemos que poner todo nuestro énfasis es en conseguir la gran meta de nuestra salvación. El horizonte, como tal, está muy bonito para perder la mirada en él porque nuestra meta tiene que ser conseguir la más absoluta Felicidad: Al final del final estar con Dios.
Ser felices es mucho más fácil que lo que nos planteamos.
Recibe, mi querido hermano. Un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Feliz viernes a todos!!!
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