Buen día nos de Dios.
Hoy el Evangelio nos recuerda la trascendencia del momento en el que Cristo se entrega como víctima sacrificial en la Última Cena donde Él instaura la Eucaristía.
Y Cristo se sigue entregando cuando celebramos la Eucaristía en cualquier parte del mundo y su Cuerpo, en Presencia Viva, está en el Sagrario.
Y nosotros, somos capaces de asimilar tanta Grandeza?
Seguro? Y entonces por qué ponemos mil excusas para no ir a Misa?
Y entonces por qué los Sagrarios están casi siempre vacíos?
Ese Jesús, centro y motor de nuestras vidas, que está representado en esa imagen sagrada y bendecida que tanta fe arrastra está en cada Tabernáculo del mundo.
Sentarte frente a Él sin tiempo ni hora es ganar salud, ánimos, paz por todo el Amor que transmite y del que nosotros somos depositarios.
Rezar, orar, meditar y escuchar a Cristo Sacramentado es hacer tu corazón dócil a Su Palabra y así poderlo escuchar a cada instante pues tu alma y ser están sedientos de Dios.
Estar sedientos del Amor de Dios es lo mejor que te puede ocurrir en la vida.
Me acompañas a visitar para adorar a Jesús en el Sagrario?
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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