miércoles, 31 de julio de 2013

desde el tren. 31 de julio.


Buen día nos dé Dios. ¿Y si caemos? ¿Cuantas veces al caernos nuestros padres, familia o médico han curado nuestras heridas hasta hacerlas desaparecer? Si eso pasa con las magulladuras del cuerpo, ¿Cómo haremos con las del alma? No esta del todo en nuestras manos. Si caemos por culpa del pecado, de las muchas sinrazones que nos envuelven día a día y la culpa nos ahoga, entonces tenemos que prepararnos para curar esa herida que está supurando nuestras almas. Debemos ponernos a solas ante Dios y arrepentirnos con todas nuestras fuerzas para llegar con verdadera humildad de espíritu a recibir el Sacramento de la Penitencia, tan olvidado y tan necesario para nosotros. ¡Qué bien nos sentimos cuando somos curados, perdonados por nuestro Padre Celestial! Resurgimos de nuestras cenizas, cual ave fénix, para retomar la marcha con más fuerzas, con mas alegría, con ganas de trabajar a destajo por el Reino de Dios aquí en la Tierra
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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