Buen día nos dé Dios. Todos tenemos que estar preparados para recibir las sorpresas que vengan a nuestras vidas. Algunas serán gozosa y otras no tanto. Todo dependerá del grado de fe y lo fuertes que seamos. Aunque, creo, que no debemos preocuparnos mucho porque en todo momento está Dios con nosotros y nos va haciendo fuertes para recibir las alegrías y las tristezas con verdadera entereza. ¿De qué nos sirve recibir una alegría exultantes si a la media hora hemos caído en la mayor de las tristezas al recibir una mala noticia? Tenemos que pedir al Señor que nos vaya madurando el carácter para ser fuertes a las contrariedades de esta vida. Este es un paso mas en nuestra maduración en la Fe. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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