Buen día nos de Dios. Con lo fácil que es hacer felices a los demás, ¡Qué nos cuesta el hacerlo! ¿Por qué somos así? ¿Tan difícil nos resulta dar una palabra de apoyo y aliento, darnos un abrazo o hacer algo que pueda hacer que otros sean felices? La felicidad aporta optimismo, alegría, esperanza, ganas de vivir y hacer ver las cosas de otro modo. Necesitamos ser felices para sentirnos llenos y plenos. Si Dios no fuera bueno y misericordioso que nos aporta esa clase felicidad desconocida por muchos mal iría este mundo. Es verdad, Dios nos ofrece y da la Felicidad, ¿Y nosotros, somos capaces de dar la misma a todos cuantos tenemos a nuestro lado? ¡No seamos tan pobres de espíritu que no sepamos ni dar una sonrisa! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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