Buen día nos dé Dios.
¿Qué es lo que hace que una persona caiga en la negrura de la desesperación?
Son muchas las razones tantas como que cada uno somos diferentes y asumimos nuestra realidad a nuestro modo y entender.
La falta de ilusión, los contratiempos con los que te vas encontrando, las injusticias que sufres, los sueños que siempre tuviste y nunca se vieron cumplidos, tu ideal de vida que no se corresponde para nada con la realidad, las frustraciones, los que muchos llaman "sueños rotos".
Idealizamos esta vida cuando la misma no es para nada ideal, ponemos nuestros afanes en nuestro aquí y ahora y estos nunca acaban de llegar, pensamos que podríamos ser lo que siempre soñamos, tener lo que siempre soñamos, amar como si de una ensoñación fuera. Todo y más hasta llegar a nuestra verdadera realidad que no tiene para nada que ver con la que teníamos en la mente desde siempre.
Pienso que todos en un momento u otro de la vida hemos tenido "sueños rotos" pero creo que el factor decisivo es el asumir los mismos como si de un duelo se tratara, no somos de piedra, asumirlos, llorarlos, y cuando pase el tiempo tener plena constancia de que esos sueños que nunca se cumplieron no eran los nuestros, no eran los que necesitábamos, no eran los que nos correspondía vivir.
¿Cómo asumimos que podemos perderlo todo porque nos vienen mal dadas?
¿Cómo se consigue esto? ¡Con Fe!
¿Y cuando crees tenerla y a pesar de todo te hundes en el mar de la nada? ¡Pedir a Dios que mantenga el rumbo de tu nave que poco a poco va naufragando! Parece fácil de decir aunque muy difícil de realizar. ¡Y es verdad porque en definitiva somos seres humanos ahogados por nuestras propias limitaciones!
Cuando nos falte la Fe hay que rezar pidiendo al Señor que nos la dé aunque nos cueste hacerlo al ser víctimas de la propia incredulidad. Tenemos que pedir a quienes nos quieren que recen por nosotros, que nos ayuden con la salvífica oración. Debemos ponernos en manos de los sanadores de cuerpos pero también de los del alma porque estos últimos te pueden abrir ventanas y puertas que creíamos cerradas a cal y canto.
Debemos pedir Fe para poder tener fe en nosotros mismos.
Y esa Fe nos llevará a enfocar la vida desde la Esperanza que hace que veamos el sol aun cuando todo está nublado, hace que percibamos con ilusión la realidad de nuestra vida y no nos entretengamos en las manidas frustraciones, en los "sueños rotos"...
La vida terrena camina sin ilusión y muchos son los que caen en el precipicio con ella, los que caminamos por esta vida teniendo en mente la verdadera Vida, aunque muchas veces nos cueste, vemos que cada día es una nueva oportunidad, un inmenso regalo, que nos da Dios para ser dichosos haciendo felices a los demás, asumiendo que los sueños, sueños son, y que nuestra realidad es la que nosotros nos construímos cada día con la ayuda de Dios y con estos mimbres tendremos que ser felices.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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