Buen día nos de Dios. En la soledad de un pasillo de hotel en horas donde todos duermen es un lugar privilegiado para sentarse y rezar en la más profunda intimidad el Santo Rosario. Se puede orar en cualquier sitio aunque hay algunos mejores para que la paz brote al interior de tu corazón. Dentro de poco el bullicio volverá a nuestras vidas, es bueno que así sea, pero ya estaremos recargados de Espíritu Santo que por medio de la la oración ha penetrado en nosotros. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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