Buen día nos de Dios. ¿Qué nos importan los primeros asientos, las reverencias y saludos si estamos perdiendo el norte de nuestras vidas? ¿A quién servimos a Dios o al poder y prestigio terrenal? ¿ Tanto vale un cargo que somos capaces de lastrar nuestras almas con pesos insoportables para conseguirlo? Nuestra misión como buenos cristianos es ser, estemos donde estemos y seamos lo que seamos, mansos, humildes, buenos y serviciales porque así estaremos dando gloria a Dios por medio de los demás a los cuales servimos. ¡No seamos hipócritas, falsos, mezquinos sino hombres y mujeres limpios de corazón! Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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