Buen día nos de Dios. La montaña aparece como una sombra imponente ante la inmensidad del cielo que poco a poco va descubriéndose. Amanece en Villaluenga al igual que en muchas partes del mundo aunque nunca será igual. Ante esta inmensidad veo mi pequeñez y la grandeza absoluta de Dios. Observando solamente lo que pasa por delante nuestra podemos ver lo que nos Ama nuestro Padre Celestial que lo dio todo por nosotros, hasta Su Hijo Amado y Predilecto lo ofreció en sacrificio para salvarnos de las garras del pecado. Y también nos dio una Madre Eterna para que nunca nos encontráramos solos: La Virgen Maria. Creó un mundo, un lugar habitable para que sus hijos viviéramos en paz aunque también nos dio libertad, absoluta libertad que es otra muestra más de su inmenso Amor. ¿Cómo ejercemos nuestra libertad? ¿Pisando a los demás? ¿Haciendo daño gratuito? ¿Atacandole a El, a la Santa Madre Iglesia o algunos de Sus Ministros? ¿ No comportandonos como verdaderos hermanos? Tenemos que analizar nuestro comportamiento para revisar lo que haya que revisar y así de esta forma dar Gloria a Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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